PUBLICARTE da la mano a la celebración de los 444 años de nuestra ciudad. Caracas la mujer. Caracas hombre, niño o niña. La tantas veces ultrajada, la que no pierde la esperanza. Caracas será tomada de la mano por los que crean, sueñan, proponen, discuten, reflexionan a través de la palabra. Caracas también es texto, cuento, dramaturgia, narración, ensayo, poesía. Caracas es el abecedario que nos acompaña cada día, Caracas es una niña que continua soñando con que algún día será grande.

martes, 26 de julio de 2011

¿Qué pasó con el amolador?


Autor: Fabio Romanelli,
24/07/2011

Hace años ya desde que escuché al último amolador pasar por la calle de mi casa. De hecho, no había pensado en esto nunca; hoy, de pronto, me cayó la locha. Hace años que no escucho su surreal melodía de…  ¿Era una flauta con lo que lo hacían? Me da pena admitirlo, pero creo que nunca vi un amolador, sólo los oía pasar haciendo sonar su instrumento (me lo imagino como una zampoña plástica y pequeña, con un cierto aire indescriptiblemente misterioso) seguido de su acostumbrado pregón de “EL AMOLADOOOOR”, afuera de mi casa. Creciendo,  se me hacía que la tonada era demasiado extraña, la combinación de sonidos demasiado inusual, el ritmo, demasiado frenético; me parecía, en una palabra, que era algo ajeno a este mundo, algo de otra dimensión. Quizás en realidad era por eso que nunca salí a la calle a verlos pasar.
Hoy en día, sin embargo, no pasan más. Quizás es porque el mercado moderno está saturado de cuchillos y tijeras de filo virtualmente imposible de mellar, quizás es porque en nuestra cultura actual comprar artículos nuevos es más conveniente y gratificante que reparar los viejo, quién sabe… pero bien podría ser que los demonios de la dimensión de al lado finalmente se cansaron y volvieron a buscar la mágica zampoña original que les había robado el  intrépido primer amolador… encontrándose con que ahora existían miles de copias de plástico barato, y, furiosos, se dieron a la tarea de robarlas todas de vuelta, en esta ocasión llevándose también las piedras de amolar para vengarse bien. Los pobres amoladores, privados de sus herramientas de trabajo para siempre, ahora viven condenados a vender chicha o papelón con limón en carritos que empujan por toda la ciudad… pero nunca se rebajarían a vender películas pirateadas; conservan su dignidad.
O puede ser lo de comprar objetos nuevos en vez de reparar los viejos, quién sabe.

2 comentarios:

  1. me ha encantado el articulo, di con el porque precisamente me estaba haciendo la misma pregunta. Creo que usted tradujo lo que mi mente estaba buscando sobre este personaje. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. El otro dia lo viiii!! Me fui a Liberty express de Bello monte a retirar un articulo y paso por ahi!!! Tengo 27 años y por primera vez en mi vida vi al amolador!! dije: que rayos habra pasado con el amolador caraqueño que antes se escuchaba tanto!!! Fue tanta mi sorpresa y mi risa (por Dios es eeeelamooooladddddooooor, que vaina tan venezolana y tan loca!!) que hasta lo grabe con mi celular, ahora le hago escuchar el archivo a todos mis panas y se cagan de la risa! Con el silbatico y todo!!!! Pues, para aclarar dudas (yo siempre la tuve tambien de que forma era el bendito flautin!), el tipo tenia una especie de flautita como la de peter pan, ya saben, esa de varias flautas juntas en forma como de trapecio. Era pequeña, de color fucsia (jajajaj!), y hacia el sonido identico al que siempre habia escuchado desde niño! Buen articulo jejeje, solo me queda por añadir que opino que ya la gente no confia en nadie, menos alguien de la calle, y menos aun un tipo con un silbido tan loco y siniestro, que viene a afilar tus cuchillos!!! Por eso no se le ve mas! Que tal si te atraca con tus proprios cuchillos jajaja!???

    Pero si! EFECTIVAMENTE SIGUE VIVO, NO SE HA EXTINTO! YO LO VI Y LO GRABE :D
    AAAAAAAAMOLADDOOOOOOOOOR
    FIRULIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIFRIRULAI!
    Saludos y un abrazo, Paolo Costa

    ResponderEliminar