PUBLICARTE da la mano a la celebración de los 444 años de nuestra ciudad. Caracas la mujer. Caracas hombre, niño o niña. La tantas veces ultrajada, la que no pierde la esperanza. Caracas será tomada de la mano por los que crean, sueñan, proponen, discuten, reflexionan a través de la palabra. Caracas también es texto, cuento, dramaturgia, narración, ensayo, poesía. Caracas es el abecedario que nos acompaña cada día, Caracas es una niña que continua soñando con que algún día será grande.

viernes, 1 de julio de 2011

LA CERTEZA DE PERTENECER


  Autora: Marisabela Erminy  
 25/6/11

Caracas, mi ciudad, amaneció entre bostezos de bruma. Muy temprano, el aceite nuevito,  comienza a chirriar para dorar las empanadas y vendedores de café con sus termos repletos  ofrecen “guayoyos”a los transeúntes.
Cada uno a su faena: los que madrugan para evitar atascos, los soñolientos niños con sus bultos y morrales de la mano de sus padres, los que comienzan el día caminando muy rápido en los  parques, quienes se citan en las esquinas para esperar que los amigos con carro los recojan y los
miles que hacen largas colas para subir al autobús.
Caracas, bella e inmensa, de inesperados contrastes, con mezcla de culturas y de razas, de acentos y sabores en medio de este clima maravillosamente tropical.
Mi ciudad es hermosa y pintoresca como su gente. He viajado mucho y encuentro fuera más orden y mejores servicios de transporte, más puntualidad y gran facilidad para encontrar direcciones. Aquí cuando preguntas por alguna, la enmarañada planificación y los ingeniosos nombres de las calles, casas y edificios te hacen emprender una aventura para llegar a tu destino, sin embargo siempre hallarás gente amable que te indique el camino a tomar. Somos afectuosos, nos es fácil ayudarnos  y cuando te montas en el metro verás que alguien se levanta y te ofrece el asiento. Nos agrada decirle a los demás palabras amorosas y yo siento que ese trato es ya una caricia para los oídos.
Cuando vuelvo de un viaje, sé que estoy en casa. Poco a poco reconozco los sonidos y ruidos familiares, el canto de los pájaros, la brisa fresca de los árboles y ¡hasta la música de los carritos por puesto!  Me gusta volver a encontrarme con mis vecinos y amigos, me gusta  la mirada de las personas de mi ciudad, la manera de saludar,  el dulce acento de sus voces y lo  cantarino de sus risas. Amo a Caracas  y honro su gente, me siento más caraqueña al regresar y me lleno de alegría cuando estoy en su suelo y muchas veces quiero aplaudir agradecida, como lo hacemos,  al aterrizar el avión en nuestra tierra venezolana, todos los pasajeros.

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