Poeta: Carlos Orellana
PARQUE DEL ESTE
Hojas multicolores bajo las apamates y las ceibas,
a veces parecen continuar el verde del lago,
rodean el árbol – hormigas ruidosas –
sus gritos y cantos espantan el tucusito,
alejan a la ardilla y al pájaro carpintero,
forman hileras entre las ramas caídas.
Cuando la lluvia baja del Ávila
corren presurosos a guarecerse
cerca de los pájaros y las águilas cautivas,
evitan acercarse al inquieto león
que los mira asombrado.
Una música viene de oriente
mientras pies diminutos siguen el ritmo
del baile del loto.
El anciano deja el periódico,
escucha y luego duerme.
EL METRO
Una mujer llora a mi lado en el metro,
a veces su ruido apaga el llanto.
Más allá un niño está llorando.
Sus lágrimas se unen en el aire
y se juntan en el sufrimiento.
El tren se detiene y entra una muchacha
vendedora de flores.
Para ti una rosa, dice a la mujer,
y para ti un clavel,
traídos de Galipán.
El llanto cesa, no se oye el tren,
no veo a la muchacha.
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