Poeta: Mariela Cordero.
“Una balada tan nostálgica que ya no tiene significado se escucha en la otra orilla” Juan Sánchez Peláez
Convulsa la urbe
henchida de palabras imprecisas
padece de vigila perenne
sólo un hilo
sostiene a los transeúntes.
Diminutos
llevan máscaras del instante
mientras
se disuelven en avenidas rotas.
El sopor
florece
en las horas ambulantes
voces y perfiles
fundidos
en un solo cuerpo.
Colapsan
tras la inercia de las horas,
la melodía irreal
ondula
en el pulso de los pasos.
Sobre la esquina inequívoca
deambulan
quizás
blancos certeros
entregándose
al disparo.
En el laberinto subterráneo
se estremece el enjambre de preguntas.
Infalible
Invade a la faz de concreto:
el desasosiego.
La noche
toda
vuelca al letargo en embriaguez,
unos y otros
repiten la dosis de olvido.
Tras
el vértigo
de la realidad invisible
conjuran
al
amanecer.
Renace
la extraviada
en los tumultos
la olvidada
en la sombra.
Esperanza.
Ciegos de belleza:
Sobreviven.
Solitario
gesta el suburbio
el incendio circular
de la plenitud y la herida.
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