PUBLICARTE da la mano a la celebración de los 444 años de nuestra ciudad. Caracas la mujer. Caracas hombre, niño o niña. La tantas veces ultrajada, la que no pierde la esperanza. Caracas será tomada de la mano por los que crean, sueñan, proponen, discuten, reflexionan a través de la palabra. Caracas también es texto, cuento, dramaturgia, narración, ensayo, poesía. Caracas es el abecedario que nos acompaña cada día, Caracas es una niña que continua soñando con que algún día será grande.

viernes, 1 de julio de 2011

CARACAS PARA CUERDOS LOCOS




Por Juan Carlos Ballesta/Junio 2011

“Cuenta, cuenta la leyenda
Que antes todo, era mejor
Cuenta la leyenda.
Que se podía caminar
Y de vez en cuando, mirar al cielo y respirar
Pero, no puedo llorar
Por un pasado que no conocí, por eso…”

Cantaba Giordano (así, con “G”, su verdadero nombre) en “Vivir en Caracas”, canción incluida en su primer disco solista de 1981 Negocios son negocios, que nadie compró. Diez años después, con “Por estas calles”, conseguiría penetrar el inconciente colectivo no solo del caraqueño sino de un país entero que aun no se recupera de buena parte de lo que la letra decía. Ese mismo año la agrupación PP´s lanzaba su álbum debut, el cual cerraba con “Caracas”, un tema de seis minutos con letra en inglés que el cantante, Pedro Pérez, dedicaba a la capital después de unos años viviendo en Estados Unidos. Era un reencuentro en clave de homenaje. “Caracas, the tropical city”
Unos años antes, Vytas Brenner y su Ofrenda, nos había regalado el gran clásico de la neurosis caraqueña, que apenas despuntaba en 1975: “Caracas para locos”, tema instrumental dominado por un sintetizador. Coincide con la época en que algunos comenzábamos a vivir la ciudad como ciudadanos con cédula de identidad, deberes, derechos y sobre todo expectativas. Perseguir a Vytas por los teatros de Caracas era para un pre-adolescente ávido de nueva música una de las tareas más liberadoras y reveladoras en tiempos en que sus calles podían ser transitadas de noche, sin paranoias ni teléfonos celulares. Sin embargo, por algo aquel tema se llamaba “Caracas para locos”. La ciudad comenzaba su decidida carrera suicida para convertirse en la capital del caos, la reina de la hostilidad y en el paradigma de la falta de planificación, mientras unos jovenzuelos gastaban sus suelas de US Keds de discotienda en discotienda, de cine en cine de 5Bs los lunes y de concierto en concierto, sin sospechar aún que era un sms o un pin.
En los años 80, hubo dos blues inspirados en esta ciudad que ahora llega a sus 444 años, con los techos rojos rasgados, desteñidos y agujerados desde hace algún tiempo. Pastel de Gente cantaba “El Blues del Plan Unión”, sobre aquel plan policial represivo que se llevaba detenidos sin razón alguna a muchos jóvenes que apenas habíamos cumplido los 18. ¡Cédula y contra la pared! Mientras, Franklin Holland Project nos regaló el maravilloso “El Blues de Caracas” –“ciudad llena de odio y amor también”, decía la letra-. Por su parte, la longeva agrupación La Misma Gente plasmó en “Esperando el Autobús” (Por fin, 1983) el infierno que significaba ser usuario del trasporte público en Caracas, una situación que lejos de mejorar ha empeorado con el tiempo.

“…amigo cuantos años ha visto pasar, metido en una cola de allá para acá, perdiendo madrugadas en la parada de autobús, del empujón, de soportar, de respirar carbón en gas…” “esperando al autobús se puede perder la vida, esperando el autobús de Caricuao a Carmelitas, esperando el autobús de la gente olvidada, esperando el autobús de Los Teques a Casalta.”

De aquella Caracas de los años 80, cuando el país entraba en el tobogán de la crisis social, económica y política, a la actual, hay unas cuantas canciones. Desorden Público cantaba “Valle de balas” en 1997, ya sumidos en los partes de guerra de cada fin de semana, que en perspectiva parecen cuentos de niños con respecto a los actuales, cuando la misma agrupación canta “Ciudad de los locos” o la versión de “City of The Dead” de The Clash.
“Caracas se quema”, nos decía Autopista Sur hace apenas tres años. Se quema la ciudad, nos quemamos todos. Ardemos cada día. Sudamos y escasea el agua. Sudamos y el ascensor no sirve. Caracas para locos.

Grita Atkinson:
 “En Caracas la vida no vale nada,
Todo termina con la pistola en la cara….

…Caracas ciudad infame, déjame vivir en paz.
Ya no hay Billo´s ni Caracas Boys,
Cada día muere uno más. Cada día muere uno más.

En Caracas te vi desaparecer.
Como un perro. Como bestia salvaje.
Convertido en animal también.
O te apartas o te lleva el tren.
Y tal vez, hoy no lleguemos a casa”.

Gritamos todos. Nos quejamos. Miramos a los lados, hacia atrás. Palpitamos. Amamos. Odiamos. Pensamos. Miramos al Ávila. Esquivamos motos, saltamos charcos. Contenemos la respiración. Miramos a los lados, de nuevo. Corremos. Nos enamoramos. Caracas para cuerdos locos.

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