PUBLICARTE da la mano a la celebración de los 444 años de nuestra ciudad. Caracas la mujer. Caracas hombre, niño o niña. La tantas veces ultrajada, la que no pierde la esperanza. Caracas será tomada de la mano por los que crean, sueñan, proponen, discuten, reflexionan a través de la palabra. Caracas también es texto, cuento, dramaturgia, narración, ensayo, poesía. Caracas es el abecedario que nos acompaña cada día, Caracas es una niña que continua soñando con que algún día será grande.

martes, 21 de junio de 2011

HARD BOILED

Por: Eta Beta

Primero se bebe cerveza, se juega dominó, se conquista la capitulación de las muchachas con poemas del Chino Valera Mora o de Montejo, según la generación; se cambia el mundo a golpe de citas marxistas; luego se destapa el whisky 18, se abre una cuenta en dólares, se contrata un chofer, se sale a jugar golf y a la mujer se la paga. Es la fuerza de las cosas.
Y ahora déjame explicarte cómo funciona esto: para empezar es necesaria una escena del crimen, algún asesinato o varios, una hembra estupenda e imposible, alguien que hable en primera persona con bastante pesimismo y una ciudad, la más sórdida posible: mientras más sórdida, mejor.  De eso se trata: de dejarte con la sensación de un mundo despiadado, sin esperanza; de una ciudad violenta y sucia, pero resplandeciente por la lluvia: esa cruda belleza en medio de la mierda es lo único a lo queda aferrarse.
¿Cuál es nuestra escena del crimen? Ésta es la escena del crimen.
La atravesamos cada día, sin percatarnos, haciendo caso omiso de los cadáveres, pues no hay precinto protector. Vivimos deambulando por la escena del crimen, como si nada.
Si mi nombre fuera otro, si mi sexo fuera otro, si mi caso fuera otro, podría debatirme en la duda: ¿asesinato o suicidio? Si yo fuera otro detective, por ejemplo, esto podría no ser el reporte de un caso, sino la carta de un suicida; y tampoco eso sería, sino un juego de espejos urdido por el joven Escher, un thriller psicológico donde la víctima del crimen eres tú, lector. O yo.

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