PUBLICARTE da la mano a la celebración de los 444 años de nuestra ciudad. Caracas la mujer. Caracas hombre, niño o niña. La tantas veces ultrajada, la que no pierde la esperanza. Caracas será tomada de la mano por los que crean, sueñan, proponen, discuten, reflexionan a través de la palabra. Caracas también es texto, cuento, dramaturgia, narración, ensayo, poesía. Caracas es el abecedario que nos acompaña cada día, Caracas es una niña que continua soñando con que algún día será grande.

viernes, 24 de junio de 2011

Caracas monumental



                      
                                   
De: Anabelle Madden

   Así lo dice la canción, y así es. Una ciudad de alboroto y alegría, de llanto. De edificios altos y ranchos encaramados en sus montañas. De gente trabajadora, de buhoneros, de artistas, de cantores y mujeres hermosas. Con un majestuoso cerro  soplando su brisa mágica por todo el valle. Un sol tropical entre la rutina viva de cada día. Mi Caracas de las colas interminables y contrastes apasionantes, mezcla de lujo y miseria.  De  barriadas misteriosas, del Silencio y la Plaza de San Jacinto y su avenida Bolívar. Un metro atestado de almas. Ciudad moderna, llena de estudiantes que vuelan en sus sueños. Cuna de músicos. Niños, muchos niños aprendiendo a defender el futuro. Y por qué no, la Caracas que una vez renació entre sus ruinas, salvada por héroes legendarios, próceres que vigilan en los parques. Caracas bulliciosa, encantada con sus garzas y pericos. Con un río, como dice el poeta “que no permite que lo miren, él nos observa”. Caracas y sus casas señoriales. Su danza de millones y delirios de especulación. Ciudad de grandes concentraciones y luchas. Grafitos y basura. Urbanizaciones antiguas, museos, bulevares y calles anchas y todavía con el zapatero remendón silbando en las calles. Caracas la de las arepas, la de millones de  sonrisas,  la del cafecito a toda hora, y los mangos verdes en bolsitas. Urbe de los libros y festivales. Reuniones y rumbas. Vuelan campanas de fe y el canto de mil palabras, la paleta de colores vibrantes que es su gente. Yo la quiero, la amo desde siempre, la veo rescatando espacios, maravillas de la arquitectura, batallando con la lluvia y cada ser, cada hombre, aspirando su esencia. Caracas la revolucionaria de almas, en lucha constante por proseguir en el tiempo, con la majestad de su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario